domingo, 13 de mayo de 2012

Tipos de reforzadores para instaurar hábitos en los niños:


Definición:
Todos aquellos estímulos que podamos introducir en la situación de respuesta del niño (en el aula de clase, por ejemplo) que tiendan a hacer más probable la aparición de la misma, constituyen lo que se denomina reforzador positivo.
Uso eficaz de los reforzadores:
1. Confeccionar un listado de cuáles van a ser los posibles reforzadores para el alumno de modo que sean efectivos (motivadores).
2. Una recompensa ó refuerzo es más eficaz cuando se administra enseguida después de la conducta que queremos reforzar. Especialmente cuando se trata de niños pequeños, las promesas y refuerzos a largo plazo son poco eficaces para estimular el aprendizaje.
3. En las primeras fases del aprendizaje, el reforzador debe aplicarse de forma continua, es decir, cada vez que el niño manifiesta la conducta que queremos implantar.
4. En los primeros momentos es importante que al niño le sea fácil obtener el reforzador con el fin de que se implique más en la realización de la conducta. Por tanto, es preciso que consiga mucho refuerzo con muy poca conducta.
5. Debe controlarse hasta qué punto el reforzador que se le administra produce saciedad en el alumno. En el caso de que así ocurra deberá disponerse de otros reforzadores para su administración alternativa.
6. Deben combinarse los reforzadores materiales con los sociales. Al utilizar reforzadores materiales es conveniente que el alumno se encuentre previamente en una situación de relativa de privación o carencia del mismo.
7. Una gran parte de los comportamientos que queremos enseñar a nuestros hijos y alumnos son conductas complejas, es decir, se componen de pasos distintos (p.e. lavarse los dientes, vestirse solo, aprender a leer, etc.). En estos casos, y para que se aprenda mejor, no conviene esperar a que la conducta se dé en su totalidad, sino que es mejor reforzar cada uno de los pasos de que se compone.
8. Una vez que la conducta está aprendida y se da con cierta frecuencia, conviene dejar de reforzarla de forma continua y pasar a reforzarla de forma intermitente. Es decir, no todas las veces que se da la conducta, tan sólo cada “equis” veces ó cada cierto tiempo. De esta forma, la conducta se consolida mejor, porque el sujeto no sabe cuándo va a aparecer el reforzador y, por tanto, sigue emitiendo la conducta con la esperanza de que éste aparezca.
9. Todos, tanto los niños como los adultos, necesitamos el refuerzo y la aprobación de los otros. Si un niño no recibe refuerzo ó éste es insuficiente, manifestará alteraciones y deficiencias en su conducta, desarrollo y adaptación al medio.

Tipos de reforzadores:
Extrínsecos: si vienen administrados por otra persona distinta del alumno. Un refuerzo es positivo cuando se ha introducido algo nuevo en la situación de respuesta. Por ejemplo: cuando el profesor le proporciona un elogio al niño por estar breves segundos o minutos atendiendo en la clase. En el caso de un reforzador extrínseco negativo sería aquel administrado por otra persona que eliminara una situación aversiva para el niño. Por ejemplo: “Ya puedes dejar de permanecer cara a la pared y sentarte”.
Intrínsecos: son reforzadores internos, generados por los sentimientos, pensamientos o emociones del niño. Son ejemplo de ello: los sentimientos de autosuficiencia, pensamientos auto-derrotantes, emociones de alegría, etc. Este tipo de reforzadores son difícilmente detectables por el observador exterior.
Reforzador primario: aquel que no es el resultado de un aprendizaje, como por ejemplo, la comida, la cual es un reforzador básico, biológico y funcional. Su efecto no está condicionado por el aprendizaje sino que actúa independientemente de éste.
Reforzador secundario: aquel que sí es aprendido y está estrechamente vinculado con el historial de reforzamiento que el niño ha recibido en su desarrollo. Los reforzadores secundarios se pueden clasificar a su vez en:
A. Sociales: Para emplear un reforzador social debemos conocer qué gestos de afecto le gustan a cada niño: una sonrisa, un beso, una palmada, una aprobación, una alabanza en presencia de sus hermanos, un abrazo, caricias, elogio, interés, la atención, el cariño,… Algunas veces los reforzadores sociales implican alguna actividad, y será necesario especificarla. Las sonrisas, elogios, caricias y consideración de los demás, son tan importantes para el niño como el comer y el respirar. Los niños que reciben elogios, sonrisas, aprobación con frecuencia se sienten queridos, crecen con confianza en sí mismos, se desarrollan bien. Si reciben más críticas que elogios, si le castigan con mucha frecuencia, si no le demuestran aprecio se produce desánimo, inseguridad, baja autoestima. O se busca el aprecio y atención de una forma perjudicial.
B. Reforzadores materiales. Los reforzadores materiales son objetos, cosas, etc., tales como juguetes, chucherías, cuentos, ropa, tazos, cromos, pizzas, etc.
El reforzador material tiene que ser algo que el niño extrañe y desee. Si le ofrecemos un objeto que nos gusta a nosotros pero no a él, la actitud positiva no estará debidamente recompensada.
C. Reforzadores de actividades: Son reforzadores de actividades jugar con el rompecabezas, ver la televisión, disfrutar de más tiempo libre, salir a la calle, ir de excursión, ir al parque de atracciones, salir de casa con la familia, ir a casa de los primos o de los amigos, comer fuera de casa, etc.

María Navas Garrido
1ºB Grado de Maestro en Educación Infantil
Profesor: Daniel Rodríguez Arenas
Asignatura: El proceso educativo en la etapa infantil


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